Actualmente, los materiales concretos son parte de las herramientas didácticas que tienen los profesores para contribuir al desarrollo de las capacidades de los alumnos. Su función es diversa puesto que favorecen los aprendizajes mediante la manipulación del objeto de estudio para el desarrollo cognitivo y motriz, la creatividad, la vivencia de experiencias o el conocimiento directo del entorno y de los fenómenos que en él se producen.
Se puede establecer una clasificación de los materiales concretos u objetuales considerando la intención que le da el docente para el desarrollo de las competencias en los alumnos:
· Cognitivos: Aquellos destinados a promover la habilidades superiores de síntesis, por ejemplo, los rompecabezas o los juegos de Tangram, que en sí mismos, representan un reto; los modelos del cuerpo humano o de algunos fenómenos reproducidos mediante actividades experimentales, en los cuales los alumnos tienen que poner en juego sus saberes; o bien, las herramientas y vestimentas de épocas diferentes para comprender procesos de cambio, entre otros, donde el fin determina su valor educativo.
· Para la estimulación motora: aquellos relacionados con las actividades de destreza, donde es importante el juego, la relación con los pares, la convivencia entre otros, para ello es claro el uso de pelotas, aros o el manejo de texturas en masas, telas, entre otros.
El uso de materiales concretos en diversas clases, tal es el caso de las evidencias de la clase de matemáticas mostradas en este apartado, son trascendentes para que el alumno pueda observar, manipular, buscar procedimientos y llegar a la solución de problemas que se le presentan. Esta clase fue llevada a cabo para adentrar a los niños al trabajo con las fracciones (sumas y restas de igual denominador), así como también irlos familiarizando con las equivalencias, la sobreposición de tarjetas apoyó el trabajo y la comprensión de dicho contenido, al igual que el uso de regletas para reforzar el mismo.